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EL GRAN MUNDO DE LOS ANIMALES

Todo sobre los animales en general. Defendamos sus derechos, ellos q nos dan tanto a cambio de tan poco ....

EL LENGUAJE DEL PERRO (CONOZCAMOS MAS A NUESTRO AMIGO)

Si se observan atentamente las reacciones del perro, el amo podrá llegar a conocerlo lo suficiente como para adivinar con bastante exactitud qué le sucede, qué quiere transmitir con tanta insistencia o qué es aquello que está ocultando, que también es posible. Para aproximarse lo más posible y acertar en la interpretación, convendrá analizar las señales más significativas.


¿Qué significa esa forma de ladrar?


Un perro que no ladra es como un radio sin altavoz. La potencia del ladrido constituye una valiosa fuente de información: los tonos bajos representan amenazas, principio de ataque e, incluso, rabia. Sin embargo, también hay que considerar el tipo de actividad: si está jugando, un ladrido bajo podría ser síntoma de diversión. Por ejemplo, el ladrido agudo y corto durante la disputa de un objeto significa que está concentrado y que su objetivo es, sin duda, ganar la partida. Por otro lado, cuando la modulación es alta, se intuyen situaciones de dolor, miedo o, incluso, alegría (como cuando adoptan un tono casi "cantarín")
En cierto modo, el perro emplea el tono de manera similar al hombre: utilizamos un timbre bajo cuando estamos tristes, sonoro en los enojos y alto cuando se expresa dicha o algún otro sentimiento de satisfacción.


También es importante valorar la frecuencia y duración de los ladridos. Si estos son largos y distanciados entre sí, lo más probable es que el can esté loco por ponerse a jugar; y si además esta actitud va acompañada de movimientos rápidos o pequeñas carreras, no hay duda, necesita salir a la calle. Por el contrario, si los ladridos son rápidos y continuados, es posible que intente comunicar su preocupación y nerviosismo.
 Conviene saber que:


El saludo consiste en uno o dos ladridos, agudos y breves, pronunciados en un tono intermedio.


Una situación de alerta provocará en él modulaciones continuadas y rápidas, siempre en un tono intermedio. De esta forma anuncian que algo o alguien desconocido se acerca a su territorio.


¿Quién anda ahí? Los ladridos que se interrumpen, con intervalos más o menos largos entre uno y otro, significan que el animal quiere averiguar quién o qué está merodeando por su lado.


¡Se acabó! Cuando un can quiere poner fin a una situación que le desagrada, modula un ladrido agudo y muy breve. En ocasiones también es un imperativo: "Necesito salir a la calle" o "me muero de hambre".


(MAS INFORMACION SOBRE EL LADRIDO)

Un ladrido normal, que avisa a sus propietarios de irregularidades no sólo es normal, sino útil e incluso saludable para el perro. Sin embargo, los dueños que permiten que sus perros ladren excesivamente están creando un problema para el público y pueden ser denunciados, además de crear un rechazo por parte de sus vecinos. Vamos a ver por qué se produce este hecho y qué formas tenemos para reducir e incluso eliminar el ladrido excesivo, haciendo al mismo tiempo que el animal no sufra estrés y tenga una mayor y mejor relación con sus dueños.


Los perros ladran por muchas razones. Algunas razas de caza, como el Basset Hound y los Terrier, los utilizan para que ladren mientras comienza la caza, y otros como el Husky, el Alaskan y el Samoyedo aúllan, para estimular y dirigir a la manada. Eliminar este comportamiento heredado en estos perros puede ser difícil.

Otros perros ladran por miedo o por ser muy territoriales. Si nosotros instalamos a nuestro perro cerca de la valla, en aceras muy transitadas o lo sometemos a otros estímulos excitantes, ladrarán mucho. Muchos perros ladran excesivamente por aburrimiento, soledad o ansiedad.

Si nosotros actuamos sobre estas causas permitiendo que jueguen con compañeros, con sus juguetes, colocándolos en zonas poco transitadas y eliminando otros estímulos podemos conseguir que dejen de ladrar.


Lo primero que debemos hacer para corregir los ladridos excesivos es, como en cualquier problema ya sea psíquico o físico, identificar la causa de la conducta del perro. Entre las causas posibles podemos encontrar:
La soledad:


Se trata de la causa más común. Los perros son animales de grupo, tienen un comportamiento social y deben tener compañeros para sentirse seguros. En nuestra sociedad, su familia humana es como un grupo de perros. El perro al que se le mantiene exclusivamente fuera de nuestra vivienda, se le separa de su familia y se siente con ansiedad y aislado. Ladra para expresar su soledad. La mejor solución para esta situación es permitir que el perro viva dentro. Si esto no es posible debido a alergias u otros obstáculos graves, un segundo perro puede proporcionar la idea de pertenencia al grupo del perro que ladra. Sea prudente al seleccionar el segundo perro y escoja una raza tranquila con poca o nula predisposición al ladrido excesivo. En todo caso, debemos de pasar algún tiempo con ellos para que se sientan integrados en un grupo y tengan un comportamiento social normal.
 Territorialidad / miedo:
Otros perros ladran porque los estímulos exteriores los agitan. Ser ubicado en una acera ocupada, debajo de una escalera, en un campo de juegos o en áreas de alta actividad humana causará que los perros ladren para proteger su territorio o por miedo a extraños. Trate de encontrar una ubicación en su propiedad donde el perro esté lo menos expuesto a estos estímulos. Proporciónele una caseta para que se retire a descansar si lo desea. Nunca deje a su perro en una zona donde pueda ser molestado por niños o personas que pasan continuamente. Estas situaciones hacen que los perros tengan miedo o sean excesivamente territoriales y puedan provocar agresiones o molestias a las personas que pasen cerca de ellos.
Falta de socialización:

Los perros bien socializados ladrarán menos. Han sido expuestos a una variedad de situaciones, a la gente, a otros animales, a ruidos, a coches, etc. y están adaptados a comportarse equilibradamente y por tanto es menos probable que ladren por miedo o por protección. Los perros bien socializados viven dentro de casa donde forman parte de la familia y aprenden, diariamente, lo que es un comportamiento aceptable. Ellos se sienten confortables alrededor de gente nueva y situaciones nuevas. Todos los perros deben ser expuestos positivamente a situaciones nuevas y recompensados por su buen comportamiento (refuerzo positivo).


Proporcione distracciones:
Si su perro ladra mucho cuando se queda solo, puede ser debido a un problema de aburrimiento o un problema de ansiedad por separación. En ambos casos la terapia más adecuada es llamar su atención para que se distraiga y esto podemos conseguirlo dejándolo con juguetes variados que le tengan entretenido.


Si el juega con los juguetes estará demasiado ocupado para ladrar. Los juguetes utilizados deben cumplir ciertas funciones: que no sean tóxicos, que entretengan al perro y que no pierda su interés rápidamente. Estas propiedades las tienen los juguetes Kong, que se pueden rellenar con comida de perro o con galletitas. Congelando los Kong hacemos que las galletitas y el pienso duren más tiempo y tendrán entretenido a su perro durante horas.
Debemos cambiar estos juguetes para que el perro no se aburra por tener siempre los mismos, además debemos dárselos como un premio cuando nos vamos, así de esta manera estará más entretenido y no nos destrozará la casa, ni ladrará, ni se aburrirá.


Adiestramiento:
Eduque a su perro para evitar que ladre excesivamente.
Nunca acaricie ni tranquilice a su perro si ladra por miedo. Esto reforzará su comportamiento de ladrar, que es el que usted trata de evitar. Reprima el ladrar excesivo. Cualquier reacción positiva que él obtenga reforzará su conducta y hará más difícil su control.


Si su perro ladra pidiendo algún juguete, una galleta, sacarle de paseo, etc. No ceda a sus demandas y no recompense la conducta indeseable. Espere hasta que se haya callado para darle su recompensa.
Enseñe a su perro la palabra ‘Silencio’ o ‘No’ para que sepa que es una orden y así sepa que tiene que hacer. Para enseñar ‘Silencio’ o ‘No’ a su perro usted necesitará producirle un estimulo negativo que puede obtener con un rociador lleno de agua con zumo de limón. Cuándo su perro ladre y no deba hacerlo, rocíele la boca y diga ‘Silencio’ con un tono de voz fuerte. El sabor será una respuesta negativa a ladrar y él aprenderá a dejar de ladrar para evitarlo. Este método se debe usar a los 2-3 segundos de ladrar o no tendrán efecto.
Acaricie y recompense a su perro cuado él esté callado. Los perros quieren complacer y aprenderán que complacen cuando están callados. Cuando el perro es expuesto a un estímulo donde en cualquier otro momento habría ladrado, pero decidió no hacerlo como usted le enseñó, recompénselo con caricias, galletitas y prestándole más atención.
Nunca golpee, maltrate o mantenga la boca de su perro cerrada. Esto sólo enseñara a su perro a tenerle miedo y puede causar más problemas como que ladre más por miedo o, incluso, que ataque. La manera apropiada de reducir los ladridos es identificar la causa y enseñar al perro que no es una conducta aceptable.

Recuerda que es tu responsabilidad como dueño enseñarle un comportamiento aceptable y reprimir las conductas indeseables.


¿Por qué gruñes?


No todos los gruñidos pueden ser interpretados como una amenaza. Esta forma de expresión incluye desde el placer extremo hasta la ira más salvaje.


La estoy pasando de maravilla: cuando un perro gruñe suavemente y su expresión no deja al descubierto los dientes, sólo puede ser síntoma de placer. Más aún cuando los gruñidos se mezclan con ladridos entre cortados.


Tengo miedo: los canes sólo conocen una forma para expresar temor o inseguridad, y ésta consiste en emitir gruñidos irregulares que van variando la intensidad.


Apártate de mi lado: un perro enojado que quiere lanzar una advertencia a su contrario emitirá un gruñido suave y constante. Según va subiendo la frecuencia, aumenta la amenaza hasta llegar a un gruñido sonoro, con colmillos descubiertos y actitud amenazante: el combate va a empezar.


Mensajes en forma de aullidos


Hay aullidos que sobrecogen, y otros que sólo se emiten para llamar la atención:
¡Cómo me duele!: si a un perro le pisan el rabo, emitirá un aullido alto y muy breve, equivalente al ¡ay!, humano. Es la respuesta a un dolor que le ha llegado por sorpresa.


Me muero de miedo: exactamente igual que el anterior pero acompañado de actitudes temerosas (encogimiento, rabo oculto...)


¡Quiero jugar!: cuando los aullidos son repetitivos, entrecortados y se emiten en un tono ascendente, el perro intenta llamar la atención del amo para que éste se una a la diversión.


Gemidos que dan pena


Esta expresión generalmente va acompañada de gestos lastimeros y ojos caídos. Es el lenguaje propio de los cachorros y, en realidad, tiene un único sonido y tres interpretaciones: hambre, frío o miedo.


Para averiguar qué sucede, es necesario apoyarse en factores externos: bajas temperaturas, estado de soledad... Cuando el que gime es un adulto, tiene otras connotaciones: lo más probable es que esté desando jugar o que tenga necesidad de salir a la calle.
 Suspiros: decepción o placer


No hay vuelta de hoja: un suspiro significa decepción o placer.


Cuando el aire se expulsa con los ojos abiertos, el perro está manifestando su decepción: algo que él estaba seguro de que iba a ocurrir, no ha sucedido. Si, por el contrario, el animal entrecierra los ojos, su estado es de total felicidad: todo lo que lo rodea le produce placer.

 Rugidos y poder


El rugido es el lenguaje de los ejemplares de caza, que así demuestran su poderío y seguridad. Es difícil que un perro de compañía los emita, aunque no es imposible. Si el rugido va acompañado de aullidos, el animal está diciendo algo así como "aquí estoy". Los canes muy mimados que se enfrentan a una situación de disgusto intentan, de esta forma, salirse con la suya

PROBLEMAS DE ADAPTACIÓN DEL PERRO (LA SOLUCION NO ES EL ABANDONO)

PROBLEMAS DE ADAPTACION DEL PERRO


Desde hace 15.000 años las técnicas de adiestramiento han servido para aprovechar los instintos del perro y ponerlos al servicio del hombre. Estas técnicas imprimen de forma natural y coherente las pautas de una relación jerárquica entre el dueño y el perro, en la que es el primero quien manda y el animal el que obedece.

Pero hoy la necesidad del propietario es otra: hacer del perro un animal de compañía que no genere problemas de convivencia. Por ello, cuando alguien acude a los servicios de un adiestrador profesional lo hace porque, aunque lo haya intentado durante un largo periodo de tiempo, no puede controlar al perro y está decidido a quedárselo.
Otras personas, ante las molestias que les ocasionan estos comportamientos, optan por deshacerse del animal, regalarlo e incluso sacrificarlo. Así, en España se abandonan 200.000 animales de compañía al año entre perros y gatos, según denuncia la asociación Acogelos.org . El 47% de estas mascotas han sido regaladas y de ese porcentaje se estima que hasta el 30% es abandonado.


Shiva Sánchez, encargada de la sección de perros de la Asociación Protectora de Animales SOS Bilbao, confirma que la mayoría de los cachorros se abandonan "por falta de paciencia". Y es que desde esta asociación, que colabora con las perreras de Bilbao y de Santurtzi, consideran que las mascotas necesitan, por ejemplo, en cuanto a limpieza, las mismas enseñanzas que los niños, con la diferencia de que a los perros no se les pone pañal. "De igual manera hay que instruirles poco a poco, y no es que no aprendan, es que nadie les enseña".
Las conductas que suponen problemas para los propietarios son subjetivas, ya que a una persona puede molestarle que su perro sea demasiado efusivo mientras a otra las muestras de cariño pueden parecerle su mejor cualidad, explica Enrique Solís, director de LealCan.com . Pero por lo general entre los problemas de conducta más comunes destacan los siguientes:
•Los hábitos higiénicos y de eliminación inadecuados, como hacer sus necesidades dentro de la casa.

•Que el animal no sepa comportarse bien en los lugares públicos.

•Los ladridos molestos, por ejemplo cuando un perro desde el balcón ladra siempre que pasa un vehículo o una persona.

•La rotura de muebles y enseres, debido a un afán de mordisquearlo todo, a veces porque se aburren.

•El miedo, por ejemplo a otros perros.

•Fobias a las personas o al mundo exterior en general.

•Sobredependencia de alguien en particular, puede ser para ir a pasear por ejemplo.

•Mordiscos y agresiones a otros perros o a personas.

Existen otros muchos problemas de comportamiento en los perros, como los relacionados con la conducta sexual y la alimentación. Para establecer un diagnóstico, como primer consejo, Enrique Solís recomienda acudir siempre al veterinario. "Cuando éste descarte que se trata de un problema físico es cuando habrá de actuar el educador canino".
Tatiana Ros, etóloga (veterinaria especialista en comportamiento animal) de un centro clínico veterinario de Granollers (Barcelona) ratifica que es muy importante seguir este protocolo, ya que numerosas patologías se manifiestan mediante problemas conductuales.


ANSIEDAD POR SEPARACION (CONOCER Y ACTUAR)

Qué es la ansiedad por separación

La ansiedad por separación, se define como la angustia que se presenta en un perro, al separarse de su figura de apego. El apego es el lazo emocional de un individuo por otro, que lo lleva a procurar la cercanía física hacia la figura de dependencia, sea el dueño u otro miembro de la familia. Las conductas de apego son naturales entre los animales sociales, que viven en manadas, permitiendo la cohesión de grupo entre cada sus miembros, lo que favorece su supervivencia. Sin embargo, un apego excesivo (o "hiperapego") puede darse por mecanismos inadecuados de adaptación durante la formación del carácter de un perro, dando como resultado una dependencia demasiado fuerte y como consecuencia el pánico a estar solo.


Los comienzos


Durante el desarrollo de un cachorro, hasta la 6ª semana, se va promoviendo e intensificando el apego natural de éste por su madre; pero entre la 6ª Y 8ª semanas, se presenta una etapa conocida como el "desapego primario", en el que la madre forza a su camada a pasar cada vez mayor tiempo solos, fomentando su independencia. Al ser este el momento en el que generalmente los perritos son adoptados por sus nuevas familias humanas, en ocasiones hay cachorros en los que no se realiza el desapego de manera adecuada, en parte por los cambios de estilo de vida, de "manada" y las atenciones de sus nuevos dueños. Este proceso también se presenta con frecuencia en perros mayores a las 8 semanas, e incluso adultos, que previamente han sufrido maltratos o abandono, como es el caso de perros obtenidos en refugios o en la calle.


Las conductas propias de la ansiedad por separación tienden a aumentar con la edad, pueden ser recurrentes, y generalmente inician o aumentan de frecuencia cuando hay un cambio en la rutina diaria.



¿Cómo saber si un perro presenta ansiedad por separación?


Los signos clínicos típicos de la ansiedad por separación son los siguientes:
 Antes de que el dueño salga de casa, puede haber una anticipación de la ansiedad, con conductas como: esconderse o recluirse, actuar ansioso o deprimido, seguir al dueño a donde quiera que vaya, tratar de impedir que el dueño salga o rehusar obedecer órdenes.

Durante la ausencia del dueño, pueden presentarse:

- Vocalizaciones excesivas (llantos o ladridos para reunir su manada).
 - Eliminación inapropiada

- Conducta destructiva
 Que ocurren generalmente durante la primera media hora de ausencia del dueño, concentrándose en:

- Puertas, ventanas o aquellos lugares por donde el dueño sale o por donde el perro lo ve partir.

- Objetos personales del dueño, que tienen un fuerte olor de la figura de apego.


En casos más severos también pueden ocurrir otros signos como jadeo, diarrea, vómito, salivación excesiva, autolesiones, automutilaciones, anorexia, inactividad, temblores, etc.


Cuando el dueño regresa, el perro se muestra excesivamente excitable, tarda en calmarse, y nuevamente sigue al dueño conla mayor cercanía espacial posible, tratando de buscar su atención.
 Tratamiento de la Ansiedad por Separación


Es importante, sobre todo, considerar que NO se trata de un problema de falta de educación o inteligencia por parte del perro, o de venganza contra el dueño que lo deja. Un perro con ansiedad es un perro que SUFRE y se angustia sin su dueño, y que por lo tanto, se le debe enseñar que puede sobrevivir sin tanta atención de su familia o estando solo. La terapia es larga y compleja, puede haber reincidencias, pero el pronóstico es bueno y el tratamiento es MUY viable. El plan de terapia consta de 3 elementos, que son:

Modificación Ambiental:

 - Restringir el acceso del perro a las áreas de eliminación o destrucción inapropiadas.

 - Proveer un sitio de seguridad (cuarto o kennel), que sea un espacio pequeño, que minimice la intensidad de estímulos externos que agravan el problema.

 - Variar los juguetes disponibles.

Modificación Conductual:

1.Estructurar la rutina diaria del perro:


 - Establecer reglas y límites claros y firmes.

 - Que el perro trabaje por cada cosa que quiera.

 - Practicar la obediencia para tener un mayor control del perro.
  - Moderar el apego, promoviendo la independencia:

 - Disminuir las muestras de afecto y el contacto físico.

 - Romper estereotipos de rutinas de salida y llegada, disminuyendo la intensidad de las interacciones con el perro: Ignorar al perro al salir y regresar de casa.

 - Fomentar la interacción del perro con otras personas.

2.Mantenerlo ocupado:

 - Proveer estimulación mental y física

 - Aumentar el ejercicio

 - Utilizar juguetes interactivos, televisión, radio, música, luces, cuando el dueño está ausente.

3.Desensibilización:

 - Confinar al perro en su sitio "seguro".

 - Dar la señal de partidas cortas, usando la "clave de seguridad".



 - Entrar y salir durante periodos cortos, frecuentemente.

 - Dejarlo poco tiempo, antes de que se angustie.

 - Aumentar gradualmente el tiempo de salida.
 NUNCA castigar al perro por reincidencias, o por acciones que realizó durante la ausencia del dueño, ya que no comprende la razón del castigo y esto sólo aumenta mucho más su ansiedad.


Resumen:
  - Establecer reglas y límites claros y firmes.

 - No excederse en las muestras de afecto

 - Que el perro trabaje por cada cosa que quiera

 - Proveer estimulación mental y física

 - Confinar al perro a un sitio "seguro"

 - Entrar y salir durante periodos cortos, frecuentemente

 - Ignorar al perro al salir y regresar de casa

 - Romper estereotipos de rutinas de salida y llegada

 - Aumentar gradualmente el tiempo de salida

www.proyectomascota

LAS ESPECIES MAS AMENAZADAS DE 2010

La rapidez a la que se están extinguiendo las especies en nuestro planeta es alarmante. Por ello la ONU decidió concienciarnos a todos nombrando 2010 como Año Internacional de la Biodiversidad.


En base al informe de WWF Adena, Las especies más amenazadas de 2010:


Mariposa monarca (Danaus cleophile). La degradación de su hábitat en Norteamérica, pone en peligro sus impresionantes migraciones anuales que la pueden llevar desde México hasta Canadá.


•Pingüino de Magallanes (Spheniscus magellanicus). Por los cambios en las temperaturas y las corrientes, están desapareciendo los peces de los que se alimenta.


•Atún rojo (Thunnus thynnus). Los pescadores del Atlántico y del Mediterráneo sacan tanto dinero por él que no se paran a pensar que van a lograr que desaparezca.

•Morsa del Pacífico (Odobenus rosmarus divergens). Otra de las víctimas del cambio climático.


•Rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus). Del mamífero más grande de esta lista apenas quedan unos 60 ejemplares.


•Gorila de montaña (Gorilla gorilla). Con tan solo 720 ejemplares viviendo en libertad, esta subespecie está en peligro crítico de extinción.

•Oso Polar (Ursus maritimus). Como siga derritiéndose el Polo Norte no va a tener donde vivir.


•Tigre (Panthera tigris). Tan solo les queda disponible el 7% del territorio original en el que vivían.


•Lince ibérico (Lynx pardinus). Entre Doñana y Sierra Morena se encuentran los únicos 200 ejemplares que quedan.


•Panda gigante (Ailuropoda melanoleuca). Con su hábitat natural desapareciendo y las dificultades dpara reproducirse en cautividad, su futuro es cuanto menos incierto.


•Tortuga laúd (Dermochelys coriacea). Apenas quedan ya unos 2.300 ejemplares en el Océano Pacífico.


CONSCIENCIA POR FAVOR! UNA VEZ PERDIDOS JAMÁS LOS VOLVEREMOS A RECUPERAR!

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